sociodemográficos; vulnerabilidad por aspectos climáticos, ambientales y de riesgos de
desastres naturales; vulnerabilidad por capacidad económica (Machado, 2011).
En relación con el desarrollo rural y educación superior a distancia, en el plan de
Nacional de Desarrollo denominado “Prosperidad para todos” (2010 y 2014), se
incluyen políticas educativas que permiten a los habitantes de las zonas rurales acceder
a la educación desde niveles básicos hasta alcanzar una educación superior. Estas
políticas se plantearon debido a los altos niveles de inequidad existente entre el acceso
a la educación en zonas urbanas y zonas rurales (MINEDUCACIÓN, 2012). Para estas
zonas se evidencia la necesidad de desarrollar programas educativos en educación
superior (Fernández, 2012) que estén enfocados en resolver los problemas de la
población, asegurando su desarrollo interno.
Según estadísticas de la subdirección de aseguramiento de la educación superior del
MEN, se encuentra que para el año 2017 la oferta de programas universitarios en
modalidad presencial era cerca del 92%, dejando solamente un 8% para la oferta virtual
y a distancia tradicional, evidenciando la necesidad de oferta de programas de educación
superior a distancia para las zonas rurales (OCDE, 2016). Igualmente, en la época del
posconflicto es necesario que las universidades sean uno de los pilares de la
transformación de las regiones y de la construcción de tejido social, con miras a
desarrollar competencias ciudadanas, emocionales, cognitivas y comunicativas en sus
habitantes usualmente ubicados en territorios rurales (Pachón y Gómez, 2017). Si bien
hay una oferta, se convierte en una preocupación para el sector educativo, la deserción
en educación superior tanto en contextos urbanos como a distancia y en zonas rurales.
Para combatir el fenómeno de la deserción, la UNAD ha planteado una Política
Institucional de Retención y Permanencia Estudiantil en concordancia con las políticas
establecidas por el Ministerio de Educación Nacional (Moreno, 2020), para el caso de
factores económicos como motivo de deserción, por ejemplo, plantea estímulos como
becas descuentos, convenios, alianzas bancarias y facilidades de pago de las matrículas
e incluso subsidios o apoyo económico por labores que los estudiantes pueden ejercer
dentro de la Institución, a través del rol de monitores. En cuanto a los aspectos
personales o individuales, la UNAD ha implementado estrategias de motivación y apoyo
a través de programas de psicología, orientación vocacional y de acompañamiento
permanente en el proceso de formación.
También se han propuesto programas de bienestar estudiantil, posibilitando el desarrollo
personal y académico en una forma integral. Desde el punto de vista académico se han
diseñado estrategias para revisar los procesos de evaluación y seguimiento a los
estudiantes de manera que se puedan hacer intervenciones oportunas en los procesos de
aprendizaje de manera que puedan alcanzar los objetivos propuestos, cumpliendo con